La princesa y el sapo

 En esta historia la rana ayuda a la princesa a rescatar una bola de oro que se ha caído en un manantial. A cambio le pide que le permita ser su compañera de juegos, comer de su plato y dormir en su cama, algo que no le parece a la princesa, pero es obligada por su padre el rey para que aprenda a cumplir con lo que se promete. 


La jovencita arroja el anfibio al suelo y logra, con esa acción violenta, la transformación de la rana en rey, quien le dice que fue hechizado cuando era niño en represalia de una bruja al sentirse engañada ante el incumplimiento de una promesa de parte su papá cuando era rey.


El hechizo solo se rompería al encontrar una mujer le de su amistad honestamente y que le cumpla las promesas. La obra cierra con este mensaje, “No es bueno darle la espalda a alguien le brindó su ayuda en un momento de necesidad”.

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